“El Señor me dio hermanos” — así testificaba San Francisco de Asís, profundamente consciente de que su vocación no era una obra individual, sino una vivencia comunitaria del Evangelio. Hoy, como miembros de la Orden Franciscana Seglar (OFS), estamos llamados a vivir esa misma radicalidad evangélica, encarnada en el mundo, como laicos y consagrados a Dios en medio de nuestras familias, trabajos y sociedades.
📖 Fundamento bíblico: El Evangelio como regla de vida
La Regla de la OFS (1978) es clara y luminosa desde su primer artículo:
“La regla y vida de los franciscanos seglares es ésta: observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según el ejemplo de san Francisco de Asís, que hizo del Evangelio la guía y el centro de su vida”.
Este llamado tiene su raíz en el Evangelio mismo, donde Cristo dice:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga” (Mt 16,24).
Y también:
“No todo el que me diga: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mt 7,21).
Francisco escuchó estas palabras no como frases lejanas, sino como vida y mandato personal. Cuando oyó en la liturgia: “No llevéis oro ni plata…”, respondió vendiendo todo y abrazando la pobreza con alegría.
🕊️ San Francisco y el testimonio vivo de la pobreza y humildad
Las Florecillas de San Francisco nos relatan cómo, al inicio de su camino, Francisco fue incomprendido por su padre y la sociedad. Pero, como Abraham, salió de su tierra sin mirar atrás (cf. Gn 12,1). En una de las historias más conmovedoras, se narra cómo, al ser despojado por su padre, Francisco dijo: “¡Ahora puedo decir con verdad: Padre nuestro que estás en el cielo!”.
Este gesto, aparentemente loco, era profundamente evangélico y patrístico. San Basilio Magno, en el siglo IV, decía:
“El que vive según el Evangelio no posee nada como propio, sino que todo lo tiene en común con los demás” (Homilía sobre la avaricia).
🔥 Los Padres de la Iglesia y el seguimiento radical de Cristo
Los primeros cristianos ya vivían esta fraternidad evangélica. San Juan Crisóstomo afirmaba:
“No digas: esto es mío y aquello es tuyo. Todo es común, como lo era en la primitiva Iglesia” (Homilía sobre los Hechos de los Apóstoles).
Esta visión de comunidad evangélica es la que la OFS busca recuperar: no como nostalgia, sino como estilo de vida en un mundo fragmentado y competitivo.
🌎 La OFS: Evangelio encarnado en la vida laical
Como seglares, no somos franciscanos por “devoción” solamente, sino por vocación y forma de vida. La Regla de la OFS, en su artículo 4, nos exhorta:
“Los hermanos y hermanas deben dar testimonio de fe y conversión en su estilo de vida y en sus actividades diarias”.